Performance en revisión. Memoria y archivo desde el arte acción, la performance y la documentación en México tuvo su primera versión en 2019. El programa de reactivación de archivos mediante la voz y los desplazamientos visuales sobre los archivos estuvo integrado por una serie de mesas de diálogo coordinadas por Lorena Tabares Salamanca en colaboración con Local 21. Espacios Alternativos de Arte, A.C. y El Consultorio, llevadas a cabo del 8 de junio al 6 de julio en la Ciudad de México. Ponentes de las mesas de diálogo: Erick González, Mónica Mayer, Víctor Lerma, Katnira Bello, Víctor Martínez, Xavier Rodríguez, Doris Steinbichler, Maribel Escobar, Antonio Juárez y Pedro Ovando.
Para este programa se contó con trece participantes a partir de una convocatoria en la cual se consideraba como criterios para la selección, la afinidad con el derrotero planteado y las voces de diferentes latitudes. En cuanto a la selección de ponentes, se concentró en una serie de invitados cruciales a la hora de hablar de arte, cuerpo y acción en tiempo real en México.
Construir diálogos desde una geografía tan amplia como México, se convierte en un desafío complejo de ejecutar debido a la multiplicidad de voces que acrecientan cada día nuevas visiones sobre el tema, muchas de ellas fuera del radar de las figuras más inmediatas. Al igual, pensar en experiencias totalizadoras sobre la memoria es descabellado. Por tales razones, se dirigió la mirada hacia narrativas “plurales” e “híbridas”; por ejemplo, los diez invitados han convertido su campo profesional en exploraciones locales junto a búsquedas descentralizadas e itinerantes, han trabajado en escenarios internacionales y varios de ellos son inmigrantes. Por otro lado, se eligió el período 1990 -2019, ya que conjuga un diálogo entre un pasado cercano y el presente con el componente de que varios de ellos son partícipes directos de estos años. Asimismo, es un intervalo de tiempo importante a la hora de hablar de la consolidación de la performance, de los esfuerzos mancomunados entre artistas, las tensiones con las instituciones gubernamentales, y por supuesto la apertura a públicos más amplios.
Mesa 1: Erick González
La primera mesa, tuvo como invitado a Erick González León, quien presentó “ENTRE EL CUERPO UTÓPICO Y LOS MIL CUERPOS” Portulano para pensar la relación cuerpo-performance/performatividad, a manera de introducción a algunos conceptos alrededor de la invención del “cuerpo” y en un segundo momento, las singularidades que convoca hablar de performance y de performatividad.
Para González, el punto de interés actual está en revisar la invención del concepto de cuerpo desde una tradición alternativa, donde este es un espacio de tránsito entre el sujeto y las cosas, sin dejar de lado la existencia de todo un desarrollo filosófico en el cual al ser humano se le ha separado en dos sustancias y jerarquizado, ubicando alma/mente en primer lugar. Se hizo un recorrido general de las posturas de autores como Baruch Spinoza, Merleau Ponty y Gilles Deleuze.
Si seguimos con el desarrollo de Erick, la performatividad se puede entender como el modo de producción de cuerpos. En esa medida la performance es una episteme, donde los actos tienen una dimensión productora de otras formas de un cuerpo utópico: ser un cuerpo vector, un espacio de reescritura, un lugar de producción de sentidos y presencias en tiempo real.
En la mesa dos, Doris Steinbichler y Xavier Rodríguez, ambos artistas y gestores en su momento de espacios alternativos, respondieron las siguientes preguntas desde sus propias experiencias: ¿qué tipo de encuentros posibilitó la independencia?, ¿fue una década de codependencias? y ¿qué significó ser alternativos?.
En 1989, Doris llegó a México desde Viena; en aquel momento se identificaba con los idearios punks, Okupas, la pedagogía libre y el “hazlo tu mismo”. De sus primeros años en este país recuerda los tianguis en el Museo Universitario del Chopo, las decisivas huellas del terremoto de 1985, el contacto entre intelectuales de diferentes universidades con las subculturas emergentes del momento, los diferentes grupos activistas —El sindicato de las costureras, por ejemplo—, y una ciudad con una atmósfera colectiva y comunitaria. Era lógico que tal confluencia de hechos tocara todas las esferas de la vida y el arte tomara nuevos rumbos...
Por el otro lado, con una conciencia similar sobre el contexto sociocultural de la época, Xavier Rodríguez inicia su carrera como artista. Desde sus últimos años en la carrera de Artes visuales de la Escuela de Artes Plásticas de la UNAM presentó diferentes piezas y acciones en espacios alternativos como Temístocles 44 (1993 - 1995) o La Panadería (1994 - 2002) de la cual fue miembro los dos primeros años de su fundación. Moverse en estos espacios distintos a la escuela, le permitió tanto a él como a otras generaciones sobrepasar la barrera impuesta por las instituciones educativas y culturales gubernamentales. Años más tarde, Rodríguez abrió su estudio para realizar eventos y exposiciones temporales en la calle Regina del Centro Histórico. Negoció su estatuto de tienda de ropa de segunda mano con las intenciones performativas sobre la vestimenta como lenguaje y con su extensión más allá de la sede física. De esta manera, hizo eventos en lotes baldíos, exposiciones en el espacio público y fiestas sustentadas con ventas e intercambios, estrategias de auto-sustentabilidad con las que se logró en el mar de la apertura, focalizarse en atmósferas experimentales.
Como continuación a una jornada testimonial y crónica, la mesa tres fue con Katnira Bello. La artista ha sido participe a lo largo de veintitrés años de diferentes escenarios que atraviesan la performance y la pedagogía; considerar su figura para esta sesión tuvo como objetivo comprender su trabajo y diversos tópicos desde las transiciones y ensanchamientos entre la década de los noventa y dos miles.
Katnira inició con un recorrido por diferentes giros históricos a los constructos sociales y a la producción artística. Ella resaltó que la organización social, la noción de autogestión y la colectivización fueron los grandes logros de un período que inicia en 1985 con uno de los mayores sismos que ha sufrido México. Las reacciones de una sociedad víctima de la falta de protocolos para el auxilio, rescate y subsistencia de los afectados se convirtieron en el impulso para entablar lazos emocionales que resultaron en la organización social...
En ese escenario de estrechos lazos sociales Katnira comenzó su recorrido artístico. La primera acción de la artista Texto virtual sin dedicatoria, la hizo en el Concurso del Quinto Festival Internacional de Performance en 1996; su participación en Ex Teresa, en un espacio cultural que surgió de la iniciativa autogestionada y de la asociación de varios artistas, al igual que muchas de sus acciones de estos años fueron “alternadas” con eventos caseros organizados por diferentes artistas e interesados en las formas de arte no convencionales, lugares abandonados y el espacio público. Retomando Ex Teresa, para Katnira el auge de las muestras y festivales en la primer década de existencia de este espacio cultural experimental estuvo relacionado con la heterogeneidad y la apertura a distintas propuestas, situación que iría cambiando paulatinamente con las decisiones de sus direcciones y la puesta en marcha de criterios curatoriales homogeneizantes.
Mesa 4: Víctor Martínez
En la cuarta mesa Víctor Martínez, presentó las diferentes direcciones que ha tomado su carrera durante tres décadas. Su trabajo individual como artista y varios proyectos junto al colectivo 19 Concreto fueron el punto de partida de esta presentación. Así mismo, mostró un segmento del archivo videográfico La CeD, iniciativa que lleva junto a Hortensia Ramírez.
Referirse a La CeD es convocar una diversidad de artistas, acciones y eventos que se han realizado entre 1996 y 2006. En este archivo pueden encontrarse proyectos como 6 comportamientos (1998) con la participación de Minerva Cuevas, Katia Tirado, Lorena Orozco, Elvira Santamaria, Mirna Manrique y Teresa Margolles, y curada por Ulises Mora. O bajo un concepto curatorial dos precedentes expositivos, una de videoperformance y otra de registros en video de performances hechos en Ciudad de México: en orden, la primer muestra fue en la Casa de cultura de Chihuahua en 1996 y la segunda, fue desplegada en Festival de Libre Enganche, Jump Start Theater en San Antonio Texas en 1997; considerándose a estos proyectos referentes para comprender los emplazamientos museográficos con el video del performance como otra experiencia más allá de la acción en vivo.
En la mesa cinco, Antonio Juárez y Pedro Ovando propiciaron una discusión sobre el registro, el archivo y la fotografía que se decantó en dos puntos: el primero, ¿Cómo hacer una fotografía de performance y cuál es la ética de su trabajo?, y dos ¿Qué sucede con el dispositivo de la mirada sobre las acciones de otros, en contraste entre la labor del fotógrafo y la del antropólogo?
Antonio ha sido fotógrafo documentalista por más de veinticinco años. El primer registro de una performance lo hizo en 1997, cuando fotografió a Robert Pacitti en el Festival de Performance de Ex Teresa. Hasta el día de hoy ha construido un archivo de cien mil imágenes aproximadamente, en película análoga y digital, que abarcan diferentes lugares del mundo, cientos de artistas e infinidad de secuencias del arte acción. Él concuerda en que su trabajo está en el intersticio de la fotografía documental y la fotografía de autor; lo que le ha llevado a comprender que su mirada debe ser constantemente interrogada, es decir, además de su interés creativo, captura imágenes para los artistas y para el público, lo que ha implicado pensarse la técnica, concretar el uso del equipo, y sobre todo crear una metodología poco invasiva para habitar el lugar de la acción pero que le permita acercarse a esta lo más posible.
Por su parte, Pedro estaba interesado en los trabajos de artistas de performance y lo hacía desde la etnografía, las entrevistas y los recorridos por los lugares de la acción de forma muy parecida a Antonio, claro, mediaba la cámara en un punto, en otro el lápiz y el papel. Esos intereses en común se convirtieron en el vínculo entre ellos dos, lo cual derivó en un texto de Pedro sobre el trabajo de Juárez para Fisura - documentación de performance y arte acción.
Desde esas experiencias y acercamientos, para Pedro tanto la mirada antropológica como la foto y el archivo, crean narrativas y significados que generan espacios de observación subjetivos. Si bien, la documentación funciona como un registro, un relato que hace parte de la pieza pero que resalta su ausencia y sirve de soporte para inscribir la acción en la historia del arte, lo hace de manera problemática porque interactúa de manera creativa, empujando hacia la pregunta ¿Cómo hacer que el sentido producido dé cuenta del sentido del otro y no del investigador o fotógrafo?
El inicio de este programa estuvo marcado por la visita a uno de los archivos más relevantes del arte en México y en América Latina: Pinto mi raya es un espacio para la investigación, la memoria y el dialogo sobre las artes efímeras, no objetuales, experimentales y alternativas. Su acervo comienza en 1989 y sigue siendo actualizado con reactivaciones y la colección de otras ediciones y obras de arte; este archivo tal como lo declara Lerma y Mayer es en sí una obra de arte, va del documento a la obra y viceversa. En sus estantes podemos encontrar carpetas y expedientes organizados por años que recopilan las columnas de opinión y otros textos que circularon en medios impresos - periódicos de diferentes autores. En el momento hay copias de las carpetas en diferentes universidades del país.
Para finalizar este programa, se invitó a Maribel Escobar para hablar sobre Acción/Huella, una exposición que muestra a través de los registros videográficos digitalizados diferentes posturas y actitudes políticas de artistas que han participado en el Ex Teresa, en diálogo con una serie de documentos impresos vitales para entender las obras en sus planteamientos y contexto.
Link a Alfonso Santiago, diseñador de la publicación Animación: Alfonso Santiago
Coordinación y edición: Fernanda Ramos y Lorena Tabares Salamanca.
Es el resultado de un programa que comprende una serie de mesas de diálogo organizadas por Lorena Tabares, investigadora de performance, en colaboración con Fernanda Ramos, como coordinadora de Local 21 y llevadas a cabo del 8 de junio al 6 de julio del 2019 en la Ciudad de México, su sede principal fue El Consultorio. Así mismo, se realizaron visitas a cuatro eventos temporales: dos festivales de performance y a las dos exposiciones: Los subrogados/Les substituts (MUAC) y Acción/Huella. Muestra videográfica de performance (1993 -2001) en Ex Teresa Arte Actual. De igual forma, nos sumergimos en dos importantes archivos de la ciudad; Pinto mi raya y el Centro de documentación de Ex Teresa.
Cada uno de los asistentes al programa revisó a partir de la escritura un punto de interés particular sobre los diferentes diálogos o temas presentados a lo largo de un mes, y son estos textos los conforman la publicación.
Lea la publicación en archive.org
25 de agosto de 2020
Evento online
Nos unimos a la convocatoria del Festival Corpórea para hacer una presentación de las memorias del programa “Performance en revisión 1990 - 2019”. A lo largo de una hora conversamos sobre la emergencia del proyecto, su metodología, la importancia de la narración oral y del archivo para el estudio del arte del performance. En este dialogo estuvieron invitados las/los participantes de la publicación y se divulgo el acceso libre de la misma.
Consulte el video de la conversación en: Performance en Corpórea
Conozca más del festival en el siguiente link: Corpórea